El ciclismo urbano puede tener un impacto significativo en la reducción de la contaminación del aire y del ruido en las ciudades. Sin embargo, el impacto exacto dependerá de varios factores, como el tipo y el tamaño de la bicicleta, el número de kilómetros recorridos, la frecuencia con la que se utiliza la bicicleta y el tipo de combustible utilizado por los vehículos que se reemplazan.
En términos generales, se estima que una bicicleta puede reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en una cantidad equivalente a alrededor de 0,6 toneladas de dióxido de carbono (CO2) al año. Esto equivale, por ejemplo, a la cantidad de emisiones que produce un automóvil al recorrer unos 2.500 kilómetros.
Además de la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, el ciclismo urbano también puede contribuir a reducir la contaminación del aire y el ruido en las ciudades, ya que las bicicletas emiten menos contaminantes y ruido que los vehículos a motor. Por ejemplo, se ha estimado que el ciclismo urbano puede reducir las emisiones de dióxido de nitrógeno (NO2), un contaminante del aire, en una cantidad equivalente a alrededor de 200 gramos al año por bicicleta.
Equivalencia de lo que supone ahorrar 0,6 toneladas de dióxido de carbono (CO2)
A continuación, te dejo algunas equivalencias que pueden ayudar a entender el impacto de ahorrar 0,6 toneladas de dióxido de carbono (CO2) al año:
Consumo de energía
Esta cantidad de CO2 es equivalente a la cantidad de energía que se consume en promedio al encender una lámpara de 100 vatios durante 6.000 horas.
Vuelo en avión
Un vuelo de ida y vuelta desde Madrid a Nueva York emite alrededor de 1 tonelada de CO2 por persona. Por lo tanto, ahorrar 0,6 toneladas de CO2 al año equivale a evitar un vuelo de ida y vuelta de este tipo.
Consumo de carne
Se estima que la producción de 1 kilogramo de carne de vaca emite alrededor de 27 kilogramos de CO2. Por lo tanto, ahorrar 0,6 toneladas de CO2 al año equivale a evitar comer alrededor de 22 kilogramos de carne de vaca.
Consumo de electricidad
En España, el consumo de electricidad de un hogar promedio es de alrededor de 3.500 kilovatios-hora al año. Si se utilizan energías renovables, como la solar o la eólica, para generar esta electricidad, se emiten alrededor de 800 gramos de CO2 por kilovatio-hora. Por lo tanto, ahorrar 0,6 toneladas de CO2 al año equivale a evitar el consumo de alrededor de 750 kilovatios-hora de electricidad generada con fuentes no renovables.