Un viaje épico en moto Off-Road
Fuerteventura es una isla situada en medio del atlántico. Cerca de la costa Africana de Marruecos. Parece como si un trozo de tierra desértica se hubiera desprendido del continente negro. Forma parte del territorio español, país europeo. Quizás una de las islas más al sur del continente, cerca ya del ecuador del mundo.
Sus parajes desérticos han servido de escenario de numerosas películas de Hollywood, como uno de los últimos episodios de Star Wars. Kilómetros y Kilómetros de caminos de tierra serpenteantes para vivir una aventura épica en moto de campo.
Con las casetas a cuestas, libertad absoluta.
El plan era que no había plan. Solo montar en moto hasta que cayera la noche, sin importar donde dormir. La libertad que supone llevar tu pequeña casa a cuestas, con un poco de comida y agua es una sensación inigualable. A lomos de tres Africa Twin cargábamos nuestros bultos para aventurarnos por la isla por caminos sin definir. Solo un pequeño track que ninguno de nosotros había hecho nos guiaría por las montañas. La mayoría del tiempo por caminos de tierra y gravilla. Otras veces por alguna trialera complicada de las que conseguimos salir airosos con trabajo en equipo. Satisfacción absoluta al salir de estos atoyaderos que ponían, aún más interesante esta aventura sobre dos ruedas.
La noche no nos detendrá.
En Febrero, oscurece relativamente pronto. sobre las 19:00 ya nos abrazó la oscuridad. No encontrábamos lugar seguro para acampar en medio de las montañas. El viento azotaba constante y debido a la ausencia de luz nos costaba divisar algún rincón adecuado para montar nuestras casetas. Decidimos proseguir hasta una conocida zona adecuada para campistas llamada Pozo Negro. Una hora pasamos hasta llegar al lugar. Una vez allí encontramos el buen sitio, al lado del mar y alejado de las luces de la civilización. Solo 5 o 6 farolas iluminaban algunas casas del pequeño pueblillo. Utilizando los focos de las motos para ayudarnos a ver, montamos las casetas y disfrutamos de una agradable cena bajo la luz de las estrellas sentados en nuestras casetas a escasos metros del mar en esa playa vacía. Hasta mañana!
Amaneció, que no es poco.
El relajante sonido de las olas nos hizo despertar temprano, al alba de un nuevo día. Movidos por la ilusión de proseguir la aventura y conseguir llegar al norte a tiempo. Pues el barco de vuelta nos esperaba ese día y todavía quedaban muchos kilómetros por recorrer.
Desmontamos rápidamente el camping. Encendimos nuestros caballos de hierro y todo funcionaba perfectamente. Ya con la luz del día todo se hacía más facil y no sentíamos más que placer. Las pistas del segundo día eran mas fáciles y divertidas. Anchas y limpias de piedras grandes. Avanzando hacia el oeste nos topamos con un cañón de terreno arenoso que nos dificultaba el paso. Zigzageando con nuestras motos de más de 280kg con carga, pasamos como pudimos. Dejando atrás unos paisajes idílicos de película. Muy poco transitados, solo por ciclistas y endureros de vez en cuando. No nos encontramos a nadie ese día. Épico.
Coronando el norte.
La guinda en el pastel la ponían las pistas de tierra de El Cotillo, era como si de una carretera de asfalto la hubieran recubierto por un poco de harina. Se iba rapidísimo, bordeando el mar embravecido de ese día. Parecía que todavía quedaba isla al norte, pero lo que divisábamos en el horizonte no era otra cosa que la isla vecina Lanzarote.
De punta a punta.
Se nos había acabado la isla por el norte, pero sabíamos que todavía faltaba algo. En el punto más al sur de la isla se encuentra Morro Jable, que tiene unos caminos de tierra espectaculares para llegar a Cofete y a unos kilómetros, un pequeño faro para limitar el punto más al sur de esta isla de ensueño. Allá que fuimos, apurando el tiempo al máximo antes de coger el barco de vuelta a la realidad.
La aventura es un modo de vida.
En viajes como éste te das cuenta de lo que es vivir de verdad. Alejado del día a día. De una realidad que nos hemos inventado los seres humanos para organizarnos. Pero que muchas veces no alejan de quien de verdad somos. Seguiremos descubriendo lugares nuevos. Seguiriemos viviendo #AFullChela
Puedes escuchar el podcast de la aventura:
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