En Noviembre de 2022, fuimos a montar en bicicleta de Gravel al sur de Portugal. Partimos de Monte Gordo, pueblo fronterizo con Huelva, España.
Nos tomamos el viaje de forma tranquila, buscando disfrutar y conocer estos bonitos parajes sin ninguna intención de correr. Sino más bien comprender los lugares por los que pasábamos con calma y conectar con la naturaleza.
Los caminos estaban en muy buen estado este primer día. Entre Monte Gordo y Faro encontramos varios pueblos costeros con playas y embarcaderos espectaculares. Y lo mejor de todo, se podía ir rápido sin mucho esfuerzo. Transitadas por numerosos ciclistas de todo tipo.
La turística ciudad de Faro tiene mucho encanto. Sus calles antiguas y adoquinadas están rodeadas de edificaciones medievales. Y se encuentra en el punto intermedio de la ruta, a unos 60 kilómetros de Albufeira, que fue el lugar elegido para dormir la primera noche.
Aprovechamos también para ajustar las bicis, comer sardinas con arroz y tomar una cerveza fría para reponer fuerzas. Esto no es una competición, es Bike Packing y hay que disfrutarlo también gastronómicamente.
Continuamos la ruta para intentar no llegar de noche ya que siempre los primeros kilómetros se hacen pesados. Ajustes por aquí, chaqueta fuera… El primer día siempre cuesta avanzar, y eso es así.
Por suerte, el hecho de que anochezca por estas pistas, nos deja unos atardeceres ESPECTACULARES por la costa. Diría que al menos una hora disfrutando de la calidez del sol anaranjado a nuestra izquierda.
Un lujo que da esa sensación de libertad de disfrutar del camino cuando no tienes prisa.
Ya con las linternas puestas y las patas cargadas, llegamos a la zona de Albufeira, también con calles adoquinadas para descansar y comer. Que el día siguiente nos espera con un mayor desnivel positivo y más aventuras. Todos firmamos un día como el de hoy, que sería imposible de mejorar.
Segundo día. Albufeira – Sagres.
Comenzamos el segundo día de Bike Packing por Algarve, saliéndonos un poco del track marcado. Buscando un par de playas, acantilados y cuevas míticas de esta zona del Algarve.
Nos costó un poco calentar por la baja temperatura de la mañana. Terreno húmedo por el rocío mañanero. Pronto salimos de las pistas de grava y carreteras comarcales para encontrarnos alguna sorpresa gravelera en forma de porteo. Unos pocos metros de sendero algo roto por las lluvias.
Pronto llegamos a uno de los acantilados más famosos, con unas vistas espectaculares. Si no hubiera sido por el clima frío del día, un paseo en Kayak entre esas rocas no hubiera estado mal. Aunque la realidad es que las nubes y la ausencia de viento, acompañaban para disfrutar del Bike Packing en bici de Gravel.
Avanzando las horas con algún pinchazo, fácilmente resuelto en Portimao, continuamos la aventura visitando más y más acantilados espectaculares. Cuidadosamente presentados con pasarelas de madera sobre los mismos. Una manera muy segura de visitar estos impresionantes monumentos naturales.
La ruta se puso interesante y algo más “campestre”, adentrándonos en valles sin carretera asfaltada, entre vacas y pasto. Silencio absoluto, aventura máxima en medio de la nada entre una tranquilidad difícil de encontrar en los días que corren.
Como viene siendo habitual en una ruta desconocida, es difícil calcular cuántas horas quedan de pedales. Volvemos a notar que se nos hace tarde por el sol anaranjado a nuestra izquierda.
Entre llanuras, algún puerto de montaña y pueblos casi abandonados, nos damos cuenta de que la meta del día, el Faro de San Vicente en Sagres, está relativamente lejos si queremos visitarla con el sol poniéndose, el objetivo del viaje.
Con unos últimos kilómetros de infarto por una aislada carretera secundaria, con coches pasándonos a toda velocidad, dimos todas las energías que quedaban para llegar a tiempo al atardecer. Allí habían cientos de personas que se reúnen a diario para contemplar el “atardecer del fin del mundo”, en el Faro de San Vicente en Sagres.
Literalmente llegamos al faro 15 segundos antes de que se pusiera el sol. 125km de ruta para llegar a 15 segundos del momento clave del viaje. Una suerte, un destino. Sin duda mereció la pena.
Hicimos noche en Sagres, en un Surf Camp muy acogedor con gente amable y cercana. Preparados para el viaje de vuelta vía Lagos, aprovechando para hacer una ruta circular para terminar de disfrutar del Algarve de Portugal en bici.
Comenzamos el día con un poco de lluvia, nada relevante que pasó en menos de media hora. Dirigiéndonos en este caso al norte por la costa. Por pistas de tierra y carreteras secundarias pertenecientes a la ciclovía e1 Europea.
Por desgracia nuestro compañero Nacho descubrió lo que es un afilador con una pequeña caída que se quedó en susto, pero que siempre te deja frío.
Incluso pedaleando hacia el norte de Portugal, la eco vía te lleva por acantilados y playas salvajes. Con vistas muy bonitas. El día de hoy era perfecto para ir en bici, pero desde luego el mar se presentaba salvaje.
Unos kilómetros y pueblos más adelante, nos íbamos a encontrar con una pista boscosa encantadora. Un terreno firme mezcla de tierra y serrín que subía bastantes metros de altitud. Algo que las piernas echaban de menos en una ruta predominantemente llana.
Llegando a Lagos sufrimos un último pinchazo que el líquido Tubeless solventó sin problema, justo a tiempo para limpiar las bicicletas y subirlas al tren que nos llevaría de vuelta a Monte Gordo. Comida, una buena siesta y a recuperarnos de esta ruta épica y memorable.
Video de la ruta de Bike Packing por el Algarve en Gravel Bike
A continuación podrás varios videos de cada una de las etapas del viaje. Si por ahora solo ves un episodio, tranquilo. Las próximas semanas entregaremos los próximos capítulos en nuestro canal de youtube.
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